Hay niños/as de carácter fuerte que parece que cuanto más se les castiga peor se portan y que entran en una rutina de actitud desafiante a la que, en ocasiones, los adultos no saben poner remedio. Estos problemas de mal comportamiento o de mala gestión de la agresividad pueden tener muchas causas. Algunos/as pueden haber recibido algún diagnóstico como por ejemplo altas capacidades o el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y para otros/as no hay ningún tipo de explicación aparente.
En cualquier caso es necesario comprender qué está fallando y qué es lo que le está pasando para que perdure el conflicto. Es un tipo de trabajo que requiere especialmente la colaboración del padre y la madre, así como la del colegio, si fuera posible, por ser las figuras de autoridad más cercanas. De esta manera, se trabaja la relación con la autoridad para repararla y buscar soluciones adecuadas. Se ponen límites, pero sobre todo lo que se pretende es que haya una reconciliación con la autoridad y un aprendizaje de vías alternativas para expresar la agresividad.
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